Cómo funciona un sistema piramidal

Vamos a imaginar el siguiente escenario: Sales de casa por la mañana para dirigirte a trabajar y ves a tu vecino llegar con su nuevo Audi último modelo. Lleva un traje caro y un maletín. Hasta el momento había sido una persona de lo más normal, con un coche y una ropa normal. ¿Qué ha pasado? ¿Ha heredado algo de un familiar lejano? Finalmente te puede la curiosidad y te acercas a hablar con el. Después de una pequeña charla le preguntas por el nuevo coche y el fabuloso traje. Tu vecino saca pecho y te dice que simplemente ha tenido suerte con una nueva oportunidad de negocio. Esto parece interesante, por lo que le preguntas que te de más detalles sobre el tema.

Te dice que se ha convertido en un distribuidor autónomo para una compañía de suplementos vitamínicos. Según te dice, hay miles de personas dispuestas a pagar grandes cantidades de dinero por los productos que ofrece. Aparte de esto, te dice que cuantos más vendedores trabajan para el, más dinero gana. Por una pequeña cantidad más el coste de la mercancía, tú mismo puedes empezar a hacer lo mismo al día siguiente. Te dice “Consigue a diez vendedores y tendrás tu propio Audi el mes que viene”. Por supuesto, se te abren los ojos como platos y piensas que tienes el negocio del siglo ante ti.

Ya no tendrás que aguantar al jefe en la oficina, no tendrás que aguantar atascos, se acabaron las largas jornadas en tu lugar de trabajo y los problemas asociados, solamente tendrás que gestionar a un grupo de vendedores desde tu propia casa. Decides que lo vas a hacer. Le das a tu vecino un cheque con el honorario inicial y el valor de la mercancía, recoges todos los suplementos y empiezas a realizar llamadas telefónicas buscando a potenciales vendedores. Primero llamas a tu amigo Juan para ver si está interesado. Lo extraño es que Juan ya habló con el vecino ayer en el supermercado y también se apuntó para ser un distribuidor. Lo peor es que Juan ya ha estado haciendo llamadas por todos los sitios, y parece que tu vecino y amigos ya se han aliado con la mitad de la ciudad.

Juan te dice con amargura que nadie nos querrá comprar nada porque todos estamos tratando de vender. Tampoco veremos el dinero que hemos invertido porque ya no queda mucha gente que reclutar. Parece que hemos sido absorbidos en un sistema piramidal. Tu vecino y sus amigos están en la parte superior de la pirámide. Se apuntaron al principio y consiguieron dinero reclutando personas como tu. Pero ahora estás compitiendo con cientos de distribuidores por el mismo grupo de posibles nuevos fichajes. Las posibilidades de recuperar tu dinero se hacen cada vez más complicadas.

Los sistemas piramidales llevan existiendo hace mucho, y aunque siempre ha sido un escenario de la vida real, también las podemos encontrar en Internet. Debemos tener cuidado, ya que en este tipo de negocios nos podemos encontrar perdiendo dinero en lugar de ganarlo. ¿Quién gana dinero y quién pierde en un sistema piramidal? ¿Cómo sabemos que un “estupendo negocio” es en realidad un sistema piramidal disfrazado?