Historia de la Informática, Quien era Ada Lovelace

Augusta Ada King, conocida como la condesa de Lovelace, nació el 10 de diciembre de 1815 en Inglaterra. Una curiosidad: Lovelace es la hija del conocido poeta Lord Byron; su madre fue la baronesa de Wentworth. Podríamos decir que Lovelace nació en la alta alcurnia británica de su tiempo, no solamente por su origen nobiliario, sino también intelectual. Byron, de hecho, esperaba tener un hijo, no una hija, por lo que estuvo un tanto decepcionado. No había razones, pues Lovelace terminaría teniendo una carrera casi tan importante como la de su padre. Escribiendo otras cosas, por supuesto.

Lovelace no llegó a tener una relación estrecha con Lord Byron: el escritor se separó de su esposa cuando Ada tenía un mes de vida, y algunos meses más tarde se fue de Inglaterra. Cuando Ada tenía nueve años, Byron murió en el exilio. La pequeña Lovelace sufrió una infancia un tanto accidentada, pero que al final terminaría dándole un empujón a su educación y, eventualmente, a su carrera. Después de sufrir un brote grave de sarampión, estuvo en cama durante casi un año. Casi discapacitada, solamente pudo volver a caminar, con la ayuda de muletas, a los 16 años.

Aislada del mundo, Lovelace se concentró en su educación. Su madre estaba obsesionada con el hecho de que la única forma de quitar la locura heredada de su padre era a través de la enseñanza, y por eso, desde una edad temprana Lovelace recibió clases de matemáticas a manos de eruditos como William Frend y Mary Sommerville. El lógico Augustus De Morgan también fue uno de sus tutores matemáticos. Al poco tiempo de comenzar sus estudios, sus profesores comenzaron a notar sus impresionantes habilidades para la materia. A partir de ese entonces, su interés por las matemáticas sería una constante en su vida.

Summerville, una de sus primeras tutoras, era una importante autora científica del siglo XIX. Fue ella quien le presentó a Lovelace a Charles Babbage (algo que ahondaremos en un momento). Babbage era un filósofo y matemático inglés considerado muchas veces como el padre de la computadora. Fueron dos los modelos sobre los cuales Lovelace trabajó, y tanto ella como Babbage construyeron su legado: la máquina diferencial y la máquina analítica. La primera de éstas tenía como tarea tabular polinomios a través del método de las diferencias. La construcción de la máquina nunca fue terminada, porque los materiales usados no eran buenos y, además, Babbage estaba constantemente cambiando el diseño.

Por otro lado, Babbage también diseño la máquina analítica. Un modelo posterior de máquina basado en un telar tenía el propósito de ser programable para hacer cualquier tipo de cálculo. Se llamó justamente la máquina analítica porque sería capaz de resolver funciones analíticas. Este diseño contaba con dispositivos de entrada como tarjetas perforadas, un procesador aritmético, una unidad de control para determinar qué era lo que se tenía que hacer, y hasta una memoria para almacenar los datos (recordemos, todo esto en el siglo XIX). La máquina analítica tampoco fue terminada, por problemas similares a los de la máquina diferencial.

Cuando Lovelace conoció a Babbage, esta se interesó inmediatamente por la máquina. Fue una de sus más grandes promotoras, pero las cosas no quedaron allí. Babbage, quien quedó embobado por el intelecto de Lovelace y le llamaba la hechicera de los números, le encomendó la traducción de un libro del italiano Luigi Menabrea sobre la máquina analítica. Y aquí comienza el verdadero aporte de Lovelace a la historia de la programación.

Ada no solamente tradujo el libro del italiano, sino que además adjuntó con su traducción una serie de notas que terminaron siendo más largas que el propio libro. En ellas se incluye una sección especial para calcular números de Bernoulli con la máquina. Si la máquina analítica hubiese sido terminada, los cálculos de Lovelace hubieran funcionado a la perfección. Es por esta obra en particular que Lovelace es reconocida como la primera programadora del mundo. Las notas que realizó al libro de Menabrea, además, pueden considerarse como el primer programa de computadora de todos los tiempos.

Quién puede saber qué otras cosas habría hecho Lovelace si hubiese tenido el tiempo suficiente. Lamentablemente, la matemática murió a sus 36 años, debido a un fulminante cáncer de útero y debido a la mala acción de sus médicos que le practicaban sangrías habitualmente. Su último deseo fue, para mal de su madre, ser enterrada junto a su padre Lord Byron, en la ciudad de Nottingham. Tengamos a Lovelace en nuestras mentes el próximo 24 de marzo, el llamado Día de Ada Lovelace, una celebración de todos los logros de las mujeres en la ciencia y la tecnología.

fuente.bitelia