Tienes WiFi y nunca llega al máximo de velocidad, entérate porque..

Es algo que nos ha pasado a todos. Contratamos con toda nuestra ilusión una flamante conexión a Internet de fibra óptica de 100, 120 o incluso 300 megas, pero, ¡sorpresa!, una vez nos la han instalado, por WiFi no conseguimos llegar ni a la mitad de la velocidad que tenemos contratada. Es algo que le pasa a prácticamente todos los usuarios y que, aunque nos fastidie, se puede considerar algo “normal”. Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué no me llegan los 300 megas que he contratado por WiFi? La respuesta más sincera es: por muchas cosas. Por la ubicación del router, por el router propiamente dicho, por los equipos que se conectan al router, por los obstáculos y por varias cosas más. Vamos a intentar explicar porque casi nunca alcanzamos la velocidad contratada conectando por WiFi.

Como decíamos, es muy habitual contratar un servicio de fibra con la esperanza de que todos nuestros equipos funcionen a la máxima velocidad, pero darnos cuenta de que los equipos que van por WiFi ni se acercan a esta velocidad. ¿Nos está engañando nuestra operadora? No. Según algunos estudios realizados en diversos países, es normal perder un mínimo de un 30% de la velocidad contratada si conectamos a través de WiFi. En este caso, cualquier obstáculo entre el router y el dispositivo que se va a conectar reduce notablemente la velocidad final, ya sean paredes, puertas, otros dispositivos o algunos obstáculos “que no se ven”, como fluorescentes o microondas.

Otro aspecto que reduce considerablemente la velocidad de la conexión por WiFi es la saturación del espacio. Como pudimos ver en el artículo sobre el WiFi AC, la mayoría de routers operan en la red de 2,4 GHz, así como la gran mayoría de dispositivos. Esto supone que, por ejemplo en una zona urbana, esta red quede completamente saturada, creándose interferencias que reducen la velocidad final que nos llega a nuestro ordenador, móvil o tablet. Y aquí también debemos tener en cuenta la velocidad máxima soportada por el router que nos coloque nuestro operador. Aunque últimamente las operadoras ya están incluyendo routers con tecnología AC, todavía quedan muchos que lo máximo que soportan son el protocolo WiFi N, lo cual supone una velocidad máxima de 300 Mbps. Esta es la velocidad máxima teórica, a la que debemos ir restando velocidad si tenemos en cuenta todos los factores comentados.

¿Qué podemos hacer para mejorar la velocidad por WiFi en nuestra casa? Podemos intentar algunas cosas básicas, como cambiar el canal por el que transmite el router o resetearlo desconectando de la corriente eléctrica y dejándolo unos segundos. Si nuestro problema es de cobertura, también podemos colocar amplificadores y repetidores WiFi en el pasillo o en alguna habitación, para así mejorar la cobertura y que la velocidad nos llegue mejor a ese equipo que tenemos en la punta contraria de la casa de donde está el router.

Sin embargo, una de las mejores opciones para mejorar la conexión WiFi de nuestro hogar o nuestra oficina es sustituir el router que nos coloca el operador. Sí, lo sabemos, a nosotros tampoco nos hace ninguna gracia haber contratado una cosa y tener que gastarnos dinero para conseguir lo que debería darnos el operador. Sin embargo, los operadores no están obligados por ley a ofrecer un porcentaje mínimo de velocidad, aunque extraoficialmente este se fijó en un 80%, eso sí, por cable. Por WiFi ningún operador nos garantizará, ni siquiera, el 80% de la velocidad contratada, simplemente porque es algo que no se puede controlar. Estamos de acuerdo en que podrían colocar mejores routers que los que ponen, pero obligados no están.

Dicho esto, si nos hemos decidido a cambiar el router por uno mejor, tendremos muchas opciones en el mercado. Lo mejor es que, ya que nos ponemos, adquiramos un router WiFi AC. La banda de 5 GHz está actualmente mucho menos saturada que la de 2,4 GHz, así que, aunque en principio la cobertura WiFi de esta banda es menor, conectar por este medio podría darnos un plus de velocidad muy interesante. Un ejemplo de este tipo de router lo encontramos en el TP-LINK Archer C7 AC1750.

Y como se suele decir, cuánto más azúcar más dulce, así que si conseguimos hacernos con un router con tecnología MIMO y WiFi AC con la mayor velocidad posible, pues mucho mejor. Eso sí, debemos tener en cuenta que los dispositivos que conectemos también tendrán que ser compatibles con esta tecnología. No nos servirá de nada comprar lo último en routers del mercado si tenemos dispositivos móviles u ordenadores que no son compatibles con estas tecnologías. Sin ir más lejos, el mismo fabricante de routers cuenta con el TP-LINK Archer C2600, un modelo compatible con las tecnologías MIMO y WiFi AC.

En gran medida, estos son los problemas que presenta la señal WiFi y el motivo por el cual casi nunca nos llega la velocidad contratada si conectamos de forma inalámbrica. Hay cuestiones mucho más técnicas que también afectan, como los protocolos utilizados a nivel informático o la seguridad de la señal (encriptación), pero con eso poco podemos hacer.

fuente.tuexperto